Imagínate esto: tu pequeño gatito se inclina hacia adelante, parpadea dos veces y luego ah … ah … chu! ¿No es adorable? ¿Qué es más lindo que un gatito estornudando? Pero tener un resfriado también puede ser una señal de que es hora de tomar a tu pequeña bola de pelusa y llevarla a tu veterinario para un chequeo.
Causas
Estornudos y lloriqueos no significa necesariamente que tu gato está enfermo, aunque es motivo de preocupación. Antes de tocar las campanas de alarma, comprueba el entorno. ¿Está polvorienta el área del gatito? ¿Hay moho? ¿Fumas? Si has contestado que sí a cualquiera de ellos, es posible que tu gatito este teniendo una reacción alérgica. Si la cuna de tu gatito esta impecable y nunca fuma a su alrededor, el culpable podría ser una infección respiratoria superior. Una gran cantidad de organismos pueden infectar los senos y mucosa nasal de tu gatito, aunque la rinotraqueitis felina, el herpesvirus y calicivirus felino son las más comunes.
Transmisión
¿Te acuerdas de ese pequeño estornudo lindo de tu gatito? ¿El que te hizo ir «aww?» La respuesta correcta debería haber sido «!ew!», porque cuando tu gatito estornudó, expulsó gotas de gérmenes en el aire. Si tienes otros gatos, se pueden enfermar si entran en contacto con esas gotitas u otros elementos contaminados en tu casa, como un plato para compartir, o la caja de arena.
Tratamiento
En una palabra: los antibióticos. Dependiendo de los síntomas y el diagnóstico de tu gatito, el tratamiento incluye antibióticos para combatir la infección. También tendrás que limpiar a fondo tu casa, prestando especial atención a los lugares favoritos de tu gatito. También puedes elegir que tu gatito sea vacunado contra el calicivirus y rinotraqueitis herpesvirus. Sólo un veterinario puede evaluar con precisión las necesidades particulares de tu gatito.
Advertencia
Recuerda, los gatitos son criaturas delicadas – a pesar de que pueden no parecerlo cuando corren y saltan sobre ti. Una infección que sería fácil de tratar en un gato adulto puede ser mortal para un gatito. Los estornudos y también puede ser señal de problemas más graves, como peritonitis infecciosa felina. Observa a tu gato de cerca por otros síntomas, como pérdida de apetito, vómitos o diarrea, pelo sin brillo y letargo.
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