En ocasiones las personas no entienden muy bien ese hábito felino y canino de comer hierba. Sin embargo, en la mente de nuestro perrito o gatico, hay varias razones que justifican el consumo de hojas verdes del césped o el mordisqueo de la hierba a lo largo de un camino.
Induce el vómito
Comer hierba, especialmente si se traga rápidamente, hace que estos animales vomiten. Es un remedio natural para el malestar estomacal. Los perros saben esto intuitivamente, por eso comen hojas verdes para librarse de aquello que está causándoles molestias gástricas. Las láminas de hierba hacen cosquillas en la garganta y la mucosa del estómago, actuando como un catalizador para el estómago y todo lo que haya en él. Lo mismo se aplica a los gatos, aunque ellos no pueden comer hierba con la intención expresa de vomitar, como hace un perro, pero el resultado es el mismo, pues las hojas también hacen cosquillas en el revestimiento de su estómago.
Alivia el estreñimiento gato
Aunque los gatos son conocidos por vomitar la hierba que comen cuando sus estómagos están molestos, este hábito también es eficaz en la solución de dolencias ubicadas más abajo en el tracto digestivo. Esto es particularmente cierto cuando una bola de pelo se ha alojado en las secciones intestinales del tracto digestivo y el gato necesita evacuarla.
Ácido fólico en la dieta verde
Los jugos fotosintéticos de la hierba contienen cantidades mensurables de ácido fólico, de hecho, se comercializan muchas variedades de jugos para el consumo humano promocionando la presencia de ácido fólico. El ácido fólico ayuda al cuerpo, ya sea humano, canino o felino, en la síntesis de ADN y es un mineral clave en la prevención de la anemia. También ayuda en la producción de la proteína hemoglobina que mueve el oxígeno en la sangre. De acuerdo con las recomendaciones de los especialistas, los perros deben ingerir un mínimo de 5 mg de ácido fólico por día, los gatos requieren aproximadamente la mitad de esa cantidad. No todos los alimentos comerciales contienen la cantidad adecuada de ácido fólico para que sea digerible fácilmente por un gato o un perro.
Mirando al pasado
Antes de la domesticación y convertirse en el mejor amigo del hombre, los perros vivían como carroñeros comiendo todo lo que podían conseguir a través de la caza. Como omnívoros que comen tanto carne como alimentos de origen vegetal, los perros no sólo comían la carne y los músculos de lo que habían cazado, sino que también consumían los órganos internos donde sus presas digerían el pasto recién comido.
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