Es difícil resistir la tentación de adoptar un nuevo gatito. Esa pequeña bola de pelusa tambaleante con el pequeño chillido de un «miau» puede ablandar la voluntad del más fuerte. Pero elije con cuidado, ya que la adopción de un gatito muy joven podría plantear problemas que no esperas.
Edad del gatico. Todos los gaticos son adorables, y se podría pensar que mientras más pequeño sea, más adorable será. Si bien esto puede ser cierto, la adopción de un gatito antes de que tenga edad suficiente para dejar a su madre y otros hermanos podría dar lugar a problemas de salud y de conducta. La mayoría de los criadores y tiendas legítimas de mascotas sólo ofrecerán gatitos para la venta entre las 8 y 12 semanas de edad. Esto asegura que el gatito está listo para ser separado de su familia y puede atender a todas sus necesidades sin ayuda.
Conocimientos que les aporta la madre. Mientras que ella no parece ser el animal más maternal en el planeta, la madre ofrece a su gatito salud y el desarrollo social que necesita para crecer bien adaptado, por ejemplo encontrará que puede triturar sus cortinas en un año. Su leche aporta nutrientes importantes para fomentar el crecimiento y desarrollo adecuados y mantiene a los gatitos sanos hasta que sus sistemas inmunes produzcan. También ayuda a enseñarles a ir al baño y cómo interactuar apropiadamente con otros animales, incluyendo a los humanos.
Destete del gatito. A las 8 semanas de edad, la madre de su gatito comenzará a ponerse un poco ansiosa y se iniciará el destete de su camada. Ella va a amamantar cada vez menos y animar a sus hijos a ser más autosuficientes. Alrededor de este tiempo, usted será libre de adoptarlo y llevarlo a casa para unirlo a su familia. Sea consciente de que él estará lejos de su familia y puede llorar por ellos mientras se adapta al cambio. Ofrézcale mucho amor y tiempo de juego. Mantenga todos los objetos frágiles o pesados que puedan hacerle daño fuera de su alcance, y tenga una zona segura para que él pueda jugar en la noche o mientras usted está fuera.
Visite a su veterinario. La leche de mamá lo ayudó a mantenerse saludable, pero ahora que él es un chico grande y vive con su nueva familia va a necesitar un poco de ayuda adicional. Lleve a su reciente inquilino al veterinario para recibir las vacunas apropiadas que puedan evitarle las enfermedades. Programe una cita para castrarlo y para evitar que sienta la necesidad de rociar su sofá cuando sea más grande y quiera marcar su territorio.