Los gatos se enferman igual que sus cuidadores humanos, y algunas enfermedades felinas requieren tratamiento con un antibiótico, al igual que con nosotros. La penicilina es un antibiótico eficaz de amplio espectro utilizado para tratar infecciones bacterianas en los gatos y está disponible sólo con receta médica.
Usos. La penicilina es eficaz contra una variedad de bacterias. Esto, combinado con su bajo perfil de efectos secundarios y actividad de amplio espectro, hace que sea mejor para el tratamiento de infecciones del tracto urinario, infecciones del oído, infecciones respiratorias, infecciones de la piel y e infecciones de los tejidos blandos en gatos. Los antibióticos de penicilina se prescriben, a menudo, para los gatos en espera de resultados de laboratorio que tienen una infección evidente, pero no identificada.
Administración. La penicilina para los felinos está disponible en diferentes formas, dependiendo de la medicación específica prescrita. Las preparaciones líquidas pueden ser más fáciles de administrar, y muchos gatos son capaces de tragar comprimidos con poca dificultad. La dosis exacta del medicamento depende de numerosos factores, incluyendo el peso del gato, el tipo y la gravedad de la infección que se está tratando, y el medicamento exacto utilizado. Por lo general, los gatos toman un curso de penicilina por una semana completa, aunque los síntomas mejoran antes de que la semana haya terminado.
Método de acción. La penicilina y los antibióticos trabajan conexos mediante la inhibición de la síntesis de la pared celular de las bacterias. Esto evita que las bacterias se multipliquen y resulta en su muerte. La penicilina no es muy eficaz contra los; Staphylococcus, Pseudomonas, y algunas cepas de Serratia, como Enterobacter y bacterias del género Klebsiella. Es eficaz en el tratamiento de infecciones causadas por E. coli, Streptococcus, Salmonella spp. y P. mirabilis. No trate de diagnosticar y tratar tu gato sin orientación veterinaria; el mal uso de antibióticos contribuye al desarrollo de MRSA y otras cepas de bacterias resistentes a los antibióticos.
Efectos secundarios. Los efectos secundarios gastrointestinales, como dolor abdominal, pérdida de apetito, diarrea y vómitos, son las reacciones negativas más comunes a antibióticos de penicilina. La administración de la medicación en las comidas puede disminuir estos efectos secundarios. Las reacciones alérgicas también son posibles y pueden causar síntomas como vómitos, urticaria y salivación excesiva. Además, el uso a largo plazo de la penicilina puede causar un desequilibrio de la microflora intestinal y provocar hinchazón, dolor de estómago y gases. La suplementación con probióticos puede aliviar estos síntomas. Informe a su veterinario de inmediato si ve diarrea con sangre, moretones, dolor severo o dificultad para respirar.