vetSi amas a tu gato y sabes cuáles son sus necesidades, de seguro lo llevarás al veterinario para que le hagan su chequeo anual. Aunque a tu gato puede no gustarle que lo lleves al veterinario porque lo pinchan, los exámenes regulares son tan importantes como su alimentación con una dieta saludable y que no le falte agua en su plato.
Objetivos de los chequeos. Es difícil encontrar a alguien que disfrute de un examen físico anual y menos aún tu gato. Sin embargo, la medicina preventiva es la mejor forma de detectar a tiempo una condición que te permita salvar la vida de tu gato. Durante el chequeo, el veterinario puede detectar signos sutiles de enfermedades graves como la diabetes, que no notarías hasta que sus ojos, el sistema digestivo u otras funciones vitales estén afectadas. También tendrás la oportunidad durante el chequeo para hacer preguntas acerca de la dieta, el nivel de actividad de tu felino y su comportamiento. Así que prepara una lista.
Tu papel durante el chequeo. Prepararte para un chequeo anual implica mucho más que llevar a tu gato en su jaula al veterinario y esperar en la sala de la clínica. El veterinario puede preguntarte la cantidad, la frecuencia y donde hace caca tu gato, qué come, donde duerme y que toma y si hay algo de eso que ha cambiado en el último año. Puede preguntarte acerca del equilibrio, el físico y el estado emocional de tu gato o la frecuencia con que escupe bolas de pelo. También puede ser que desee una muestra fresca de caca que deja en la caja de arena para comprobar si tiene gusanos u otros parásitos.
Que esperar. El veterinario o el técnico comprobará el pulso de tu gato, la temperatura y otros signos vitales, en estos casos la temperatura se toma por vía rectal. El veterinario observará el comportamiento de tu mascota por un minuto para ver si muestra movimientos anormales u otros problemas que podrían indicar que tiene una condición subyacente. Comprobará, además, los ojos, los dientes, las encías y examinará los oídos con un otoscopio. Palpará el abdomen, la espalda, las piernas y la cola y acariciará el pelaje para ver si tiene afecciones de la piel y verificar la salud del pelo. El veterinario también utilizará un estetoscopio para comprobar los sonidos del corazón de tu gato y escuchará su abdomen para asegurarse de que está sonando como debe.
No te olvides de las vacunas. Si el veterinario nota cualquier bulto extraño, protuberancia u órganos agrandados durante el examen, puede pedir otros análisis de sangre o pruebas de diagnóstico tales como rayos X, para evaluarlos posteriormente. Los gatos necesitan un par de rondas de vacunaciones entre las 10 y 14 semanas de edad, con reactivaciones al año y generalmente cada 3 años después de eso. Algunas vacunas, como la del virus de la leucemia felina, dependen del riesgo de exposición que tenga tu gato. A medida que tu mascota va creciendo, el veterinario puede recomendarle exámenes dos veces al año, que incluyen análisis de sangre de rutina para detectar diabetes, enfermedades renales u otras dolencias que los gatos mayores pueden estar en riesgo de desarrollar.