Si eres de lo que piensa que compartir la comida con su gato construye un vínculo más fuerte entre los dos, piénsalo una vez más, lo que sucede en realidad es todo lo contrario es cierto. Los gatos no pueden procesar ciertos alimentos de la misma manera que las personas. Tu cariñoso «compartir» podría causar malestares para tu mascota y por consiguiente, que tengas que acudir a un veterinario.
El chocolate y la cafeína
Los veterinarios a menudo hablan y cuentan historias sobre mascotas de compañía que han comido chocolate durante las etapas festivas del año, como Pascua, Navidad o Halloween. Aunque los perros son más propensos a probar el chocolate debido a su amor por los dulces, en ocasiones los gatos también lo comen por error humano. Lamentablemente este acto conduce a la muerte con mucha frecuencia. Esto se debe a que el chocolate se fabrica al tostar las semillas de la planta de cacao Theobroma. Uno de los subproductos obtenidos es la teobromina, un alcaloide amargo que metaboliza a un ritmo muy lento en el sistema digestivo del gato, llegando a alcanzar niveles de saturación venenosos. Los seres humanos tienen sistemas digestivos más activos, lo que le permite evitar los efectos tóxicos de la teobromina.
El chocolate también contiene cafeína, que al actuar sobre el sistema nervioso central de los gatos, causa hiperactividad, sed excesiva, ritmo cardíaco anormal, temblores, convulsiones y hasta la muerte.
Alcohol
El sistema digestivo tan lento del gato también es un lugar ineficiente para procesar el alcohol. Si bien puede parecer que un poco de whisky calmar a un gato excitado, lo más probable es que el gatito termine con algo más que una resaca felina. El hígado de un gato se siente abrumado rápidamente por el alcohol, provocándole un daño celular significativo. Al igual que en las personas, el alcohol causa vómitos en los gatos, y si llega a tomar demasiado puede ponerlo en estado de shock tóxico, si se trata de un gato pequeño.
Vegetales de raíz
Los gatos no deben comer cebolla, ajo o puerro. Esto se aplica incluso si las verduras se ablandan mediante la cocción. Las hortalizas de raíz contienen una sustancia conocida como disulfuro de n-propilo, que no afecta negativamente a las personas. Sin embargo, cuando son ingeridos por los gatos, esta sustancia ataca los glóbulos rojos y conduce a un estado de anemia. Las patatas y los tomates, los tomates verdes particular, están prohibidos en la dieta de los gatos. Contienen solanina, la cual incluso en cantidades mínimas causa babeo, confusión, diarrea, vómitos y debilidad.
Uvas y pasas
Aun no se ha esclarecido totalmente cuál es el responsable tóxico de las uvas que afecta la salud de los gatos, pero se conoce que causan insuficiencia renal. Teniendo en cuenta que una pasa se obtiene de secar una uva, queda prohibida también como alimento para gatos.
Comida para perros
Desde un punto de vista puramente nutricional, darles comida para perros a los gatos es una idea errónea. Esta comida carece de algunos elementos claves que los gatos necesitan. Lo primero es la vitamina A. Los perros pueden metabolizar el beta-caroteno en vitamina A, pero los gatos no pueden. El cuerpo de un perro produce su propia taurina, un aminoácido que ayuda en la prevención de los trastornos cardiacos, pero el cuerpo de un gato no es capaz de hacerlo. Además, los gatos necesitan niveles mucho más altos de proteína en sus dietas que sus colegas caninos.