Si tu gato parece estar sufriendo perpetuamente de dolor relacionado con el estómago, no lo atribuyas sólo a que tiene un sistema digestivo delicado. Hay posibilidades de que tu mascota tenga el síndrome del intestino irritable, una dolencia relativamente común en los felinos. El síndrome del intestino irritable a menudo es tratado con prednisona, un tipo de corticosteroide.
Síndrome del intestino irritable. Antes de que puedas determinar si tu gato tiene el síndrome del intestino irritable o de tratarlo con prednisona, necesitas saber más sobre esta condición. En los felinos, una afección crónica implica inflamación e irritación de los intestinos y a menudo se relaciona con intolerancia alimentaria, alergias, falta de fibra o incluso, angustia emocional.
Síntomas. En lugar de pensar que tu gato tiene diarrea o vomita sólo porque se comió demasiado pronto el desayuno, considera la posibilidad de que pueda tener el síndrome del intestino irritable. Observa los signos reveladores de la enfermedad, incluyendo diarrea frecuente, estreñimiento, hinchazón, pérdida de peso, anorexia, vómitos, náuseas y dolor abdominal intenso. Tu gato también puede tener heces muy pequeñas y duras, a menudo rodeadas de flujo. Si notas cualesquiera de estos síntomas inusuales, no vaciles en llevarlo al veterinario de inmediato.
Prednisona. La prednisona es un corticosteroide antiinflamatorio que se utiliza a menudo para controlar y tratar la incomodidad y el dolor asociado con el síndrome del intestino irritable felino, desde la diarrea hasta el estreñimiento. El medicamento no tiene como objetivo curar completamente el síndrome del intestino irritable en los gatos, ya que la condición no es curable. En general, la medicación inmunosupresora se administra por vía oral durante aproximadamente dos semanas, aunque el período depende de cada caso en específico. Pregúntale al veterinario si la prednisona es una opción adecuada y segura para tu gato.
Efectos secundarios. Como con cualquier medicación a partir de medicamentos de venta con o sin prescripción médica, hay posibilidades de la prednisona pueda causar efectos secundarios. Esta es la razón por la cual es tan importante consultar con el veterinario si tu gato puede usar la prednisona para tratar los síntomas del síndrome del intestino irritable antes de administrársela. Los posibles efectos secundarios asociados con la prednisona incluyen aumento del apetito, aumento de peso, aumento de la sed y micción frecuente. Si cualquiera de estos efectos secundarios parece especialmente grave o de larga duración en tu mascota, acude al veterinario inmediatamente.
Otras condiciones. Los problemas gastrointestinales felinos no siempre se asocian con el síndrome del intestino irritable. Antes de usar prednisona, habla con el veterinario para asegurarte de que sabes exactamente lo que tiene tu gato. Otras afecciones médicas que pueden desencadenar problemas gastrointestinales en los gatos incluyen problemas de próstata, hipertiroidismo, enfermedad renal, infección bacteriana, bolsas anales bloqueadas y bolas de pelo. Para la seguridad de tu mascota, no uses prednisona hasta que estés 100 por ciento seguro del problema que tiene.