Su nuevo gatico no parece estar comiendo mucho, y como medida preventiva, lo llevas al veterinario, sólo para enterarte de que tiene una enfermedad llamada leucemia felina. Esta enfermedad puede ser devastadora, y puede hacer que tu energético gatito se debilite.
Cómo se propaga. El virus de la leucemia felina, o FeLV, para abreviar, debilita el sistema inmunológico de tu gato, dejándolo susceptible a enfermarse de gravedad por las bacterias, hongos y otros virus en su entorno. Es una causa común de cáncer, así como de trastornos de la sangre en los felinos. Tu ronroneante amigo puede enfermar de una variedad de maneras. Un gato embarazado infectado puede contagiar la leucemia felina a su descendencia, y tu recién adoptado gatico puede estar enfermo desde su nacimiento, o puede coger la enfermedad durante la lactancia. Los gatitos también pueden propagarse la leucemia felina entre sí, al compartir platos de comida y agua, así como mediante el uso de la misma caja de arena de un gatito infectada. Afortunadamente, la leucemia felina no se puede transmitir a otras especies o seres humanos.
Diagnóstico. Tu precioso amiguito probablemente no mostrará ningún síntoma al principio, pero a medida que avanza la enfermedad, comenzará a actuar de manera diferente. La fiebre, letargo y disminución del apetito son algunos signos de alerta temprana. A medida que la enfermedad progresa, puede perder una cantidad significativa de peso. El veterinario llevará a cabo una prueba de sangre para determinar si tu gato sufre de leucemia felina. Si la prueba sale positiva, necesitarás llevar a los otros gatos en la casa a analizar, como medida de precaución, y mantener a los felinos infectados lejos de los gatitos sanos. Los gatitos no infectadas pueden ser vacunados contra la leucemia felina entre 8 y 10 meses de edad.
Cuidados en el hogar. Lamentablemente, no existe cura para la leucemia felina, y tendrás que mantener a tu pequeño compañero sano y feliz en casa. Revise su comportamiento todos los días, buscando la presencia de ganglios linfáticos inflamados, encías inflamadas, secreción ocular y pérdida de peso. Dale de comer comida para gatos de alta calidad (el veterinario puede hacerle una sugerencia). No le dé sobras de la mesa. La carne cruda y poco cocida puede hacerlos enfermar, ya que su sistema inmunológico no puede luchar contra las bacterias extrañas. También necesitarás mantenerlo en interiores en todo momento.
Esperanza de vida. Los gatos adultos pueden combatir el virus y se vuelven inmunes, a veces, viviendo durante años después del diagnóstico. Dado que la enfermedad afecta al sistema inmunológico en desarrollo de los gatitos, son menos propensos a rechazar el virus. Los gatitos infectados generalmente no sobreviven más allá de los dos primeros años de vida. En casos graves, cuando los gatitos se ponen muy enfermos y débiles, tienen que ser sacrificados.