Esos ataques de estornudos y picazón en los ojos que estás sufriendo cuando estás alrededor de tu gato pueden ser sorprendentes si nunca antes habías tenido alergias. Aunque la mayoría de las personas tienen alergias desde edades tempanas en la vida, también es posible desarrollarlas de adulto. Aproximadamente el 10 por ciento de los estadounidenses son alérgicos a sus mascotas, especialmente a los gatos.
Causa. No es el hermoso pelaje de tu gato el que está causando tus alergias sino las proteínas contenidas en la orina, la saliva y la caspa que se secan formando escamas en su piel. Las personas alérgicas tienen sistemas inmunes hipersensibles que tratan a las sustancias inocuas como invasoras y peligrosas. Cuando estás cerca de la caspa de tu gato, el sistema inmunológico interpreta falsamente a la sustancia como una amenaza y la ataca causando síntomas alérgicos incómodos.
Síntomas. Tus síntomas alérgicos pueden aparecer de repente o desarrollarse horas después de que hayas tenido contacto con tu gato. Incluso si te has resistido a acariciarlo, el inhalar su caspa puede causarte picazón e inflamación en los ojos, congestión o secreción nasal, asma, tos y estornudos. Un lamido amable de tu gato puede provocarte erupciones en la piel como eccema y urticaria o enrojecimiento.
Tratamiento. Si sufres de alergias graves a los gatos y te niegas a desprenderte de tu mascota favorita, las vacunas para las alergias pueden ayudarte a desensibilizarte y a disminuir eventualmente los síntomas. El inconveniente es que puede tomar de tres a cuatro años para completar el tratamiento de vacunas y no se recomienda para niños menores de 5 años de edad. Pregúntale a un especialista en alergias para que te recomiende un antihistamínico o descongestionante que pueda aliviarte temporalmente.
Consideraciones. Coloca un filtro de aire con un filtro HEPA en tu casa para reducir los alérgenos del gato. Mantén la puerta del dormitorio cerrada y no permitas que tu mascota duerma en tu cama. Si es posible, mantenlo fuera de la casa durante varias horas cada día. Vacúnate, barre y limpia con agua los pisos y los muebles todos los días. Si tu gato tolera el agua puedes bañarlo con regularidad.