Los anquilostomas son parásitos intestinales que pueden infectar tanto a los gatos y perros. Algunas especies de estos gusanos se producen sólo en una mascota o la otra, pero otras especies pueden pasar de una mascota a otra.
Anquilostomas
Ancylostoma caninum es una especie de anquilostomas que normalmente infecta a los perros, mientras que Ancylostoma tubaeforme normalmente infecta a los gatos. Estos parásitos intestinales en específico por lo general no pasan de un gato a un perro, o viceversa. Otras especies de anquilostomas como Ancylostoma Braziliense, Uncinaria stenocephala, Ancylostoma Ceylanicum y Ancylostoma Ceylanicum, son conocidas por infectar a ambas mascotas.
Transmisión entre las mascotas
Cuando un gato o perro está infectado, expulsa los huevos de los parásitos intestinales en las heces. Estos huevos eclosionan después en el suelo al aire libre, listos para infectar a otro animal. Los parásitos pasan a otra mascota mediante la piel de sus patas cuando pisa el suelo infectado, durante 5 a 10 minutos. También puede infectarse si ingiere el gusano al lamer su piel o cuando a husmea el suelo infectado. Los cachorros y gatitos que pasan el rato en las áreas comunes al aire libre con mucha frecuencia, pueden trasmitirse los gusanos entre ellos. Además si su amigo peludo se encuentra con un roedor infectado y lo ingiere, igualmente podría contraer los parásitos intestinales.
Diagnóstico y tratamiento
Los anquilostomas se alimentan de la sangre de su gato o cachorro, causando anemia, diarrea alquitranadas, debilidad y en casos graves, la muerte. Para diagnosticar correctamente la enfermedad, es preciso llevarlo al veterinario para un examen físico y analizar una muestra de su materia fecal. Un veterinario o técnico veterinario comprobará las muestras bajo un microscopio para detectar la presencia de huevos de anquilostoma. Una vez diagnosticada, su mascota probablemente recibirá un medicamento de desparasitación para librarlo de los parásitos intestinales. Los medicamentos antiparasitarios por lo general vienen en forma de tableta o líquido, los cuales se pueden administrar directamente al animal o mezclarlo en su comida. La medicación de su mascota puede variar dependiendo de si es un cachorro o un gatito, entre otros factores.
Precauciones
Si una de sus mascotas ha sido diagnosticada con parásitos intestinales, debe llevarlas a todas a la consulta de un veterinario. Este puede sugerir un tratamiento para todos ellos, tanto en caninos como felinos. Dado que los cachorros y los gatitos pueden obtener anquilostomas de la leche de su madre o en el útero, es crucial suministrarles los medicamentos antiparasitarios en las edades que su veterinario le recomiende. Los anquilostomas también pueden trasmitirse a los seres humanos, entrando a través de la piel y causando infecciones localizadas. Si una persona ingiere las larvas, estas pueden viajar hasta los intestinos.
Prevención
Mantenga el entorno donde permanecen sus gatos y perros limpio y libre de heces, y manténgalos alejados de las áreas donde las mascotas de vecinos suelen hacer sus necesidades. Un medio ambiente limpio para sus amigos peludos también mantiene alejados a otros huéspedes intermediarios como las ratas y los ratones. El uso regular de medicamentos preventivos contra los parásitos del corazón puede ayudar a prevenir los parásitos intestinales, así como realizar la desparasitación una o dos veces por año, según lo recomendado por su veterinario.
Para evitar que los parásitos intestinales lo afecten a usted, lávese siempre las manos después de pasar tiempo al aire libre, sobre todo después de practicar la jardinería. Recuerde usar zapatos cuando camine alrededor del patio o jardín, para proteger la piel de sus pies de cualquier larva que haya en el suelo.