En el mundo humano, la agresión se considera una respuesta totalmente inadecuada en la mayoría de las circunstancias, pero para los gatos es diferente. Para ellos, la agresión es un comportamiento natural y saludable. Considera el hecho de que los gatos son criaturas muy pequeñas y si no usaran la agresión,es muy probable que no hubieran sobrevivido para convertirse en las dulces criaturas que tanto amamos.
Los conductistas han identificado 10 tipos de agresión que se manifiestan en los gatos, pero los que más verás en tu mascota son la agresión defensiva o por miedo, ofensiva o agresión por estado y la agresión redirigida.
En la agresión defensiva un gato ataca porque está asustado: tal vez ha sido acorralado por un perro u otro gato y no ve ninguna salida excepto atacar. En la agresión de estado, un gato intenta subir en la escala social felina utilizando la fuerza o la intimidación para hacer valer su posición como el individuo de rango superior.
En la agresión redirigida, el gato no puede llegar al objeto de su ira, por lo que arremete contra un «espectador inocente», como un gato amigo o una persona.
Lo primero que debes hacer si tu mascota de repente comienza a actuar de manera agresiva, es ver al veterinario para descartar una lesión o enfermedad subyacente. Si no tiene ningún problema médico, su agresión es probablemente causada por el estrés, por lo que depende de ti para minimizar su nivel de ansiedad.
Observa a tu gato en busca de signos de ansiedad como una cola con espasmos o enredada, gruñidos, mirada con los ojos entrecerrados u otro lenguaje corporal tenso. Cuando veas que la tensión empieza a acumularse, distráelo y ayúdalo a descargar la energía con una sesión de buen juego. Esto es especialmente importante si la agresión está sucediendo entre dos gatos, porque tienen que aprender a asociar el tiempo conjuntamente con la felicidad en lugar de la ansiedad.
Si tu gato se vuelve agresivo con otro gato, interrumpe la agresión con un ruido fuerte, como un aplauso o agitando una lata llena de monedas. Haz esto con un estado emocional neutral porque tu gato se dará cuenta de tu propia tensión y se puede agravar la situación.
Si tu animal doméstico tiende a reaccionar con violencia cuando lo estás acariciando, asegúrate de ver su lenguaje corporal y busca signos de que ha tenido suficiente. ¿Quieres dejar de acariciar a tu gato mientras lo sigue disfrutando? ¿Lo dejas con ganas de más porque se siente bien en lugar de morder y huir, porque no es así? Ten cuidado cuando toquesa tu mascota, por ejemplo, a la mayoría de los gatos no les gusta que le froten la barriga. Si te tiene sujetado con las garras y / o los dientes, no retirestu mano porque eso sólo hará que se aferre más fuerte; en su lugar, empujatu mano hacia su cuerpo para que lo confundas y le hagas aflojar su apretón.
Y, por último, si has intentado todas las sugerencias anteriores y tu gato sigue teniendo problemas de agresión, habla con el veterinario acerca de la posibilidad de la terapia con medicamentos. Un curso corto de tratamiento con un medicamento antidepresivo o ansiolítico puede ayudar a desensibilizar a tu gato con lo que desencadena sus problemas.