Una vez que tu gato llega a casa después de haber tenido una cirugía, tu misión será impedir que se quite los hilos de la sutura. A menos que quieras pasarte las 24 horas del día diciéndole a tu mascota que no se quite los hilos, la mejor opción podría ser la de cubrir la incisión. Debes tener en cuenta que los gatos son ingeniosos y tercos y harán de todo para conseguirán lo que quieren.
Paso 1. Ponle a tu gato un cono de la vergüenza. Esto es un cono plástico de color blanco o claro oficialmente llamado collar isabelino, que se ata alrededor del cuello y evita que un animal pueda tocar el lugar de la incisión. Los gatos tienden a odiar los collares isabelinos y tu mascota puede mostrar su rechazo a través de gemidos, por lo que debes tener mucha paciencia.
Paso 2. Jugar a disfrazarse. Una camiseta de bebé puede ser una excelente opción si los puntos están en el cuerpo. Tu gato es muy probable que te odie por esto pero en realidad es más cómodo que el collar isabelino. Sólo debes asegurarte de que la ropa sea lo suficientemente apretada para que tu gato no pueda quitársela o de lo contrario se lamerá o morderá los hilos de la sutura.
Paso 3. Llama a tu veterinario. Algunos gatos lamen y halan los hilos de la sutura si sienten dolor e incomodidad, aunque hay algunos que lo hacen porque no les gusta tener esos hilos en sus cuerpos. Si el veterinario no le indicó antiinflamatorios o medicamentos para el dolor, pregúntale si eso puede ayudar.
Consejos
• Algunos veterinarios utilizan pegamento o grapas en lugar de puntos de sutura para evitar que los animales abran la herida. Si tu gato ha logrado arrancarse los hilos de la sutura y es necesario volver a cerrar la incisión, pregúntale al veterinario si hay otras opciones que puedan brindar mayor seguridad.