Es bastante aterrador que te digan que tu gato tiene leucemia. Aunque las tasas de supervivencia para los gatos con algunas formas de leucemia linfocítica son altas y algunos incluso pueden tener una vida casi normal, otros no son tan afortunados.
¿Qué es? La leucemia linfocítica es un cáncer que comienza en la médula ósea y se extiende rápidamente a otras áreas del cuerpo. Las células linfocíticas o ciertos tipos de células blancas de la sangre, se deforman y derivan en formaciones cancerosas que aceleran el progreso de la enfermedad. El hígado y el bazo son generalmente los primeros órganos afectados. Hay dos tipos de esta leucemia: aguda y crónica.
Aguda. La leucemia linfocítica aguda es rápida y severa. Desafortunadamente, los gatos afectados por esta forma de cáncer aguda generalmente sobreviven sólo unos meses después de que son diagnosticados, aunque tengan tratamiento. Las células cancerosas se multiplican y se extienden rápidamente por todo el cuerpo en los casos agudos. Por ello, el tiempo de supervivencia esperada es tan corta. El tratamiento puede retrasar un poco el progreso del cáncer pero por lo general no lo detiene. Un gato con leucemia aguda suele sobrevivir menos de un año y en ocasiones, sólo unas pocas semanas después del diagnóstico.
Crónica. La leucemia linfocítica crónica se extiende gradualmente. Las células afectadas se reproducen lentamente y tardan en propagarse por todo el cuerpo. Dependiendo de la velocidad de progresión, los gatos con leucemia linfocítica crónica pueden vivir en ocasiones, tanto como un gato sano si el cáncer se detecta a tiempo o se extiende de forma muy lenta. El tratamiento también puede ralentizar la propagación del cáncer.
Virus de la leucemia felina. Aunque técnicamente no es una forma de leucemia linfocítica, el virus de la leucemia felina está a menudo vinculado con la leucemia linfocítica aguda y crónica. Casi el 30 por ciento de los gatos que tienen el virus de la leucemia felina también desarrollan leucemia linfocítica y el 60 por ciento de los gatos con leucemia linfocítica también dan positivos para el virus de la leucemia felina. El virus es una de las únicas formas de cáncer que se pueden propagar entre gatos ya que se transmite a través de la saliva y la sangre. Existe una vacuna para prevenir la infección. Los síntomas del virus de la leucemia felina son similares a los de la leucemia linfocítica y los análisis de sangre, las ecografías y otras pruebas, pueden determinar exactamente qué es lo que está afectando a tu gato.
Síntomas. La pérdida rápida de peso es uno de los primeros y más notables signos de leucemia linfocítica. La mayoría de los gatos dejan de comer o comen muy poco, pueden vomitar, tener diarrea, actuar deprimidos y letárgicos y tener fiebre. Algunos gatos con la forma crónica de la leucemia linfocítica no muestran síntomas hasta que la enfermedad ha progresado. Los chequeos regulares pueden detectar este tipo de leucemia temprano.
Tratamiento. La quimioterapia es el tratamiento primario para la leucemia linfocítica. Una combinación específica de fármacos contra el cáncer serán seleccionados por el veterinario que estarán en dependencia del tipo y gravedad de la leucemia que tenga tu gato. La quimioterapia puede ser a través de inyecciones administradas en la clínica o de pastillas que puedes darle en la casa. Afortunadamente, los gatos no sufren muchos de los efectos secundarios que afectan a las personas. Los gatos conservan su pelo y no suelen tener vómitos o náuseas.